30 de enero de 2016

Las habilidades para sobrevivir en la cuarta revolución industrial

En menos de cien años el mundo ha afrontado un sinnúmero de transformaciones en el campo económico, al pasar de un modelo basado en actividades físicas a uno que se sustenta en el conocimiento y la innovación tecnológica.
La velocidad con la que avanza la ciencia demuestra por qué la disrupción se ha convertido en una constante del mundo actual, en el que pareciese que no existen barreras para la creatividad y la mejora de un invento sorprendente.
El mercado laboral no es ajeno a esa realidad y por ello el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) prevé que el 35% de las habilidades que hoy son consideradas importantes perderán relevancia en los próximos años.
Los oficios que hasta hace unos años parecían indispensables, se verán desplazados por aquellas tendencias del mercado que
requerirán de otro tipo de profesional. Entre ellas, destaca la robótica avanzada, el transporte autónomo, la inteligencia artificial o la biotecnología, según lo explica WEF.

 Esa organización internacional, encargada del foro que lleva su nombre en la ciudad suiza de Davos, afirma que la creatividad se convertirá en una de las características más importantes para no fracasar en la cuarta revolución industrial, una era enmarcada por la disrupción tecnológica y la innovación.

 “Los robots pueden ayudarnos a llegar a donde queremos ir más rápido, pero no pueden ser tan creativos como los seres humanos (aún)”, argumenta WEF en su informe, en el que además explica que “los trabajadores van a tener que ser más creativos con el fin de beneficiarse de estos cambios”.

Sin embargo esta no será la única habilidad que se volverá indispensable en el 2020, pues según los pronósticos cada vez será más importante resolver problemas complejos, tener un pensamiento crítico, coordinar con otros y utilizar la inteligencia emocional.

La manera de negociar y tomar decisiones a nivel empresarial está cambiando drásticamente, pues las máquinas inteligentes facilitarán estos procesos gracias a herramientas como el Big Data y la analítica, una técnica de estadística avanzada para predecir el futuro de los negocios.

Hoy, el 90% de los líderes de negocios citan a los datos como uno de los recursos clave y un factor distintivo para los negocios, a la par de recursos básicos como la tierra, la mano de obra y el capital”, complementa una investigación de la organización internacional BSA (The Software Alliance).

En el documento ¿Por qué son tan importantes los datos? señala que las empresas que incorporaron el análisis de datos en su estructura con el propósito de tomar decisiones, han reportado un aumento de su productividad de hasta del 6%.

“Si al utilizar los datos efectivamente podemos lograr ganancias, aunque sean pequeñas, en un amplio rango de industrias (…) pueden sumarse alrededor de $15 billones al PIB global para el 2030”, destaca esa organización.

Es tal la complejidad de ese escenario que ya han surgido nuevas profesiones en todo el mundo relacionadas con la gestión de los grandes volúmenes de información. La minería de datos, por ejemplo, se convirtió en una de las carreras con mayor perspectiva y demanda para los próximos años.

Precisamente, la Universidad Javeriana de Bogotá lanzó el primer diplomado en esa especialidad el año pasado en el país, el cual está enfocado en la formación de ingenieros administradores de empresas y expertos en estadística.

Un cambio integral

El fundador y actual presidente ejecutivo de WEF, Klaus Schwab, sostuvo que la cuarta revolución industrial cambiará “no sólo lo que hacemos sino lo que somos”, dado que “afectará nuestra identidad” en múltiples formas.

Esta transformación, según el economista alemán de 77 años, se manifestará en nuestro sentido de privacidad, noción de propiedad, patrones de consumo, así como en la forma en la que cultivamos nuestro conocimiento e interactuamos con las personas.   

Klaus Schwabm, quien reconoció que es un gran “entusiasta” por los avances de la tecnología, cuestionó si esa relación intrínseca entre las máquinas y los seres humanos  “podría disminuir algunas de nuestras capacidades por excelencia, tales como la compasión y la cooperación”.

“La relación con nuestros teléfonos inteligentes es un ejemplo de ello. La conexión constante nos puede privar de uno de los activos más importantes de la vida: el tiempo para hacer una pausa, reflexionar y participar en una conversación”, reflexionó Schwab en un documento publicado en el portal de WEF.

Este debate se conecta con todas las discusiones que han tenido los seres humanos a lo largo de su historia justo antes de que se produzca un cambio en sus costumbres. Desde la aparición de las primeras máquinas a finales del siglo XVIII esta ha sido una constante que se ha resuelto con la adaptación.

Por eso, y a pesar de los desafíos, los expertos del sector coinciden en que esta será una era de grandes oportunidades, ya que el conocimiento podría  descentralizarse y con ello florecería la innovación en todas las esferas.

“Todos nosotros somos responsables de guiar su evolución (de la tecnología), en las decisiones que tomamos a diario como ciudadanos, consumidores e  inversores”, concluye Schwab.

Fuente: Revista Dinero.com Enero 2016.