Cuando sus datos privados quedan expuestos...
Las empresas que sigan usando su nombre, teléfono o correo electrónico sin su autorización, para ofrecerle servicios o productos, podrían ser sancionadas hasta por $1.179 millones.
También, ¿le sucede con frecuencia que en su
dispositivo móvil entran avisos de alerta en donde le cuentan que por su
excelente manejo y su buen pago mensual se ha hecho acreedor a un fabuloso
premio con varios ceros a la derecha, o de una superpromoción que cumple con su
perfil de consumo para que se compre un mejor plan con más minutos y más datos
de descarga? Y claro, todo esto teniendo en cuenta que jamás ha solicitado
tales servicios, no ha pedido recibir ningún tipo de promoción y menos aún se
la pasa dejando en cuanto lugar se le ocurre su información privada.
Pues esta escena es la que, cuentas más, cuentas
menos, tienen que vivir a diario miles de colombianos que han visto cómo los
distintos representantes de los cientos de empresas que ofrecen servicios y
productos en el país consiguen su información y se dedican, por estrategia
comercial, a buscarlos por cielo y tierra para convencerlos de convertirse en
sus clientes. Quejas que llegaron hasta el Ministerio de Comercio, Industria y
Turismo y, en la misma ruta, la Superintendencia de Industria y Comercio, para
que le pusieran freno al asunto.
Por eso, hace exactamente 30 días —el 27 de junio
de 2013— se expidió el decreto 1377 de 2013, con el que se reglamentó
parcialmente la Ley 1581 de 2012, más conocida como de Protección de Datos o
Hábeas Data. Con el decreto se dejó claro que “no se podrán utilizar medios
engañosos o fraudulentos para recolectar y realizar tratamiento de datos
personales” y se redactaron, en once páginas, los argumentos que resumen a qué
tiene usted derecho cuando siente que están usando sus datos indebidamente.
José Alejandro Bermúdez Durana, superintendente
delegado de la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) para la
protección de datos personales, advierte que “únicamente las entidades a las
que usted autorizó para que usen sus datos lo pueden hacer. Aquí en Colombia el
derecho de la protección de datos personales se rige por dos principios
importantes: el de libertad, según el cual todos los tratamientos de
información deben estar autorizados por el titular, y el principio de
finalidad, que dice que el titular debe saber para qué se recoge su información
personal y qué uso se le dará y deja claro que sólo se podrá usar para los
fines que él autorice”.
Por eso, si un mes después de firmado el texto
usted no ha recibido una llamada o un correo electrónico de las entidades,
empresas o compañías con las que tiene o ha tenido algún tipo de relación
comercial, debe chequear los medios de comunicación de circulación masiva y las
páginas web de esas compañías en las que le preguntan si está de acuerdo con
que sigan usando su información personal, ya que, a menos que usted haya dicho
lo contrario, tendrán vía libre para hacerlo.
¿Qué pasa si usted no da su autorización? Sergio
Díaz-Granados, ministro de Comercio, explica que “la no autorización por el uso
de datos personales no puede traducirse en una sanción. Si el titular dio una
autorización bajo una modalidad y en desarrollo de un contrato, éste no podrá
revocar su autorización a menos que se le diere un tratamiento distinto al
contemplado en la relación contractual. Sin embargo, si no existe un contrato,
el titular podrá solicitar en cualquier momento la supresión de sus datos
personales de bases de datos, cuando considere que se les está dando una
finalidad distinta a la inicialmente autorizada”.
¿Y qué pasa si aun advirtiendo que no se autoriza
el uso de esa información, lo siguen haciendo? Bermúdez, el superintendente
delegado, asegura que ya se han “impuesto más de 360 sanciones desde 2010 por
malas prácticas en materia de hábeas data financiero que suman más de $5.000
millones. Han sido por malos reportes, por ejemplo, cuando no hay situación de
mora pero se deja la anotación de que sí, o porque no se atienden los reclamos
de los ciudadanos”. En otras palabras, que usaron su información personal
indebidamente.